La última frontera

Para el que no conoce la cultura y la historia de los kibutz en la formación del Estado Israelí, podrá calificar a los habitantes de Nahal Oz, ubicado al sur de Israel, de suicidas y extremistas. Se trata de unos 400 pobladores del Kibutz de Nahal Oz, ubicados en la última frontera entre Israel con Gaza, a tan solo 800 metros de la línea divisoria. Yair, una mujer de poco más de 30 años, madre de 3 hijos, recuerda que el conflicto con Gaza es reciente. “ Gaza tiene unas playas hermosas y nosotros no hace mucho comíamos juntos, íbamos a la playa juntos”, dice una habitante del la comunidad. En medio de las más de 25 casas y salones sociales del kibutz, se destaca un gran jardín de infantes, con un par de ruidosos niños. En las afueras, soldados munidos de pesadas armas recorren el asentamiento. Niños y soldados, se mezclan. “17 familias dejaron el Kibutz y no regresaron jamás, mi marido también no quiso volver más, pero esta es nuestra vida y nuestra familia”, dice Yair, al justificar su decisión y de la treintena de familias que viven en este lugar. Nahal Oz sin embargo, está tan cerca de la frontera que ni los famosos domos de acero, o sistema para derribar cohetes o misiles enemigos funciona, de manera que los habitantes de esta comunidad tienen desarrollado un 6to sentido para viven como en tiempos de paz. En julio del 2014 repentinamente surgieron hoyos en el kibutz, lo que no llamó mucho la atención de los pobladores que al inicio se alegraron porque plantarían árboles en los hoyos, sin embargo, las perforaciones eran parte de los túneles que habían cavado el ejército de Hamás y que terminó con un ataque que dejó 5 soldados muertos y terminó con la paz del asentamiento. Fundado hace sesenta años como el primer asentamiento de Nahal Oz en Israel, siempre fue blanco de ataques, hoy tiene la tradición de plantar un árbol en cada enorme agujero en la tierra que deja un misil, a modo de desafío a quienes intentan aniquilar a los habitantes del kibutz. Hoy sus pobladores viven mediante el cultivo y la comercialización de trigo, zanahoria, girasoles. “También tenemos un tambo con 380 vacas de las cuales 340 producen leche y quesos”, comenta nuestra anfitriona. Vivir en este Kibutz es más que un acto de patriotismo. Los que fundaron a comienzos del siglo XX lo hicieron en la búsqueda de una nueva tierra prometida, luego en los 50 crecieron como asentamientos luego de la 2da guerra mundial, y ahora, para mantenerse firmes muy cerca de los bombardeos de Gaza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

TV Pública Paraguay abre espacio para los debates con Tribuna Pública

El álbum familiar ya no está en casa.